Dependiendo de la superficie que tengas preparada será la
permanencia de tu pintura. Hay varias superficies probadas, pero lo que tienes
que saber es que todas esas superficies tienen algo en común: permiten que la
totalidad o la integridad esencial de la capa de pintura no se altere con el
tiempo. Y con tiempo me refiero a décadas o incluso siglos.
Imprimadores y
soportes
Elegir el imprimador apropiado es fundamental para lograr un
acabado de alta calidad en nuestra pintura. Deberían considerarse varios
factores a la hora de elegirlo:
- La pintura a utilizar
- El tipo de superficie
- La condición específica de la misma.
Imprimador acrílico:
Son pinturas a base de agua, la pintura más común utilizada para cubrir
superficies de interior y exterior. La pintura se seca rápido, es fácil de
aplicar y exige sólo agua y jabón para la limpieza. Sin embargo, estos
imprimadores no son universales. Sólo las pinturas a base de agua se adhieren a
ellos, por lo tanto si en algún momento quieres usar una pintura a base de
aceite en el futuro, un imprimador a base de agua puede no ser la mejor opción.
El soporte, es aquél que cumple la función de ser el
portador del fondo y de las capas de nuestra pintura. Estos son muy variados,
los más tradicionales son el papel, el cartón, la madera, el lienzo y los
muros, a los que se puede añadir el metal, el vidrio, el plástico o el cuero
entre otros. Todos necesitan de una imprimación especial según el procedimiento
pictórico que se quiera seguir.
En la pintura al óleo se usa mucho el lienzo, ya que se nos
hace muy fácil con este soporte el almacenamiento, el transporte y la óptima
conservación de nuestros cuadros pintados al óleo. Algo importante a mencionar
son las telas más utilizadas para pintar, las cuales son: el lino, la arpillera
y el algodón.